viernes, 23 de mayo de 2014

...sábado...la ratonera...


La verdad es que parecía que ya vivíamos, o vivía, sin ser pasado imperfecto de subjuntivo, en una casa normal, una casita pequeña, pero muy cuca.
Entonces Alicia otra vez, la casa se ha vuelto pequeña, tan pequeña que ya no es habitable. Nos hemos arrinconado en el espacio que hay entre el sofá y el suelo, pero es muy incómodo, sobre todo para ella, que sin ser Alicia, es gigante. Yo intento no moverme, pero como no paro de toser a cada golpe de tos me doy con la espalda en el suelo del sofá y me está saliendo un moratón horrible. Ella quiere mirarlo a toda costa, pero yo le dijo que no se mueva, que luego no va a poder volver a encontrar la postura y con lo que aquí tardan en venir para solucionar cualquier reparación pues que se le pueden ir los meses, no sé, la verdad es que ya no sé qué decirle porque la situación es tan descabellada que disimular es peor que no, pero una siempre piensa con esta moralina cristiana que le dejó no se sabe quien, que mejor no hablar de lo malo, aunque sea evidendente, porque así todos se sienten mejor. Yo me pregunto si ella se siente mejor.
Hoy no comemos, se nos ha olvidado con tanto pensar en como acomodarnos, y otra vez la tos.